| |||||
Sin Mí no podéis hacer nada’ (San Juan 15, 5). Muchos, por presunción, imaginan que van a transformar el mundo con sus fuerzas; pero pronto, en su misma vida y en las de los demás, ven la inconsistencia de sus propósitos. Para vibrar, para ser fermento, es necesaria la unión con Cristo. La fuerza interior que nos impulsa al apostolado nace del amor al Señor. De aquí la necesidad urgente de alimentar ese amor continuamente mediante la oración personal, y la recepción frecuente - sin rutina - de los sacramentos. “Tu apostolado debe ser una superabundancia de tu vida interior” (San J. Escrivá de Balaguer, Camino 961). La Virgen María, Reina de los Apóstoles, sea nuestro modelo para ser levadura y transformar el mundo. |
viernes, 27 de julio de 2007
CRISTO ES EL «AΩ» ETERNO Y TOTAL.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario