Lugar de la Crucifixión de Jesucristo. EL NOMBRE Etimología y Uso Hacia el principio del siglo quinto Rufino hablaba de "la roca de Golgotha". Desde el siglo sexto es usual designar el Calvario como un monte. El Evangelio lo califica como un "lugar" meramente, (Mat. 17, 33; Mc 15, 22; Lc, 18, 33; Jn. 19, 17). Origen del Nombre El Calvario puede haber sido un lugar de ejecución pública, y fue llamado así por los cráneos depositados sobre él. Las víctimas eran abandonadas para convertirse quizá en presa para los pájaros y bestias, como lo fueron Jezabel y el panadero del Faraón (2Re, 9, 35; Gen. 40, 19- 22). Su nombre puede haber derivado de un cementerio que pudo haber estado allí. No hay ninguna razón para creer que la tumba de José, en la que fue puesto el cuerpo de Cristo, estuviera aislada, especialmente desde que se localizó después este barrio, descrito por Josefo como el que contenía el monumento del sumo sacerdote Juan. Esta hipótesis tiene la ventaja de explicar además la escasez de población en este barrio en el tiempo del sitio de Jerusalén (Jos., Gue. jud., V, 6, 2). Es más, cada uno de los Calvarios rivales actuales está cercano a un grupo de antiguas tumbas judías. El nombre pudo haberse originado por el contorno físico del lugar. San Lucas (loc. cit.) parece significar esto al decir que era el lugar llamado "de la calavera" (kranion). Es más, Golgotha (de una raíz hebrea que significa "rodar") que toma su significación del modo redondeado o rodante del cráneo, también se podría haber aplicado a un montículo en forma de cráneo. Existía la tradición, usual entre los judíos, de que el cráneo de Adán, confiado después por Noé a su hijo Sem y por el último a Melquisedec, fue depositado finalmente en el lugar llamado, por esa razón, Golgotha. Los talmudistas y los Padres de la Iglesia eran conscientes de esta tradición y sobrevive en los cráneos y huesos puestos al pie del crucifijo. Los evangelistas no se oponen a ello, ya que hablan de uno y no de muchos cráneos. (Lucas, Marcos, Juan, loc. cit.) Los curiosos orígenes de muchos nombres bíblicos, las dobles y a veces discrepantes explicaciones ofrecidas para ellos por los Escritores Sagrados (Gen., passim) debe hacernos reflexionar antes de aceptar cualquiera de las teorías anteriores como correcta. Cada uno de ellas tiene sus puntos débiles: La primera parece ser opuesta a la ley judía que prescribía que los crucificados debían enterrarse antes de la puesta del sol (Dt.21, 23). Josefo detalla que esta norma era observada escrupulosamente (Gue. jud., IV, 5, 2). Las ejecuciones citadas en apoyo de esta opinión son demasiado pocas, demasiado remotas y aisladas como para tener fuerza de pruebas. Es más, en este supuesto, el páramo del Calvario debería haber sido llamado, más correctamente, lugar "de cráneos" pero los evangelistas nunca lo usan en plural. En las dos, enlazadas, primeras teorías no se da razón suficiente para seleccionar el cráneo en referencia a cualquier otro miembro del cuerpo, o al propio cadáver, como origen del nombre. La tercera teoría es más creíble y más popular. Todavía no puede instarse a priori, indicando un requisito para un Calvario, por otro lado no autentificado. Los evangelistas parecen más haber intentado dar un equivalente inteligible para un nombre oscuro, Golgotha, que dar fe de su origen. La cuarta teoría se ha definido como demasiado absurda, aunque tiene muchos serios adeptos. No es absurda para un judío ortodoxo. No parecería absurda a un cristiano poco formado. Todavía subsiste entre los incultos que el nombre surgió espontáneamente. De hecho los cristianos adornaron la leyenda, como veremos. DATOS DESCRIPTIVOS El Nuevo Testamento Las primeras narraciones medievales Hacia 1149, la capilla del Calvario fue unida por los cruzados con los oratorios circundantes en una inmensa basílica. Se dice que la parte de la piedra, que se creía había sostenido la Cruz, fue extraída y se perdió en un naufragio en la costa de Siria mientras era transportada Constantinopla (1809). Otro fragmento se muestra en la capilla de Longinos, una de las muchas de la basílica. Las Fuentes contemporáneas La Capilla del Calvario Los altares de la Crucifixión y Mater Dolorosa (undécima y decimotercera estaciones) pertenecen a los Latinos. La imagen en este último, o medio, altar está protegida y encajada por una profusión de ofrendas votivas. El suelo de la capilla, que está al nivel de la cima de la roca, esta cubierto con toscos mosaicos. Una piedra redonda en el pavimento del lado latino, cerca de la undécima estación, marca el lugar de la décima. En el techo hay una representación, en mosaico, de Cristo. La entrada a la capilla se realiza por las escaleras. Los dos más frecuentemente usadas están en el fondo oriental. Los dieciocho escalones de cada escalera, que son estrechas, empinadas y muy desgastadas, son principalmente de mármol rosa de Santa Cruz, piedra comúnmente extraída de una cantera en Palestina. AUTENTICIDAD Está más allá de la duda que el Calvario que hemos estado considerando es el mismo que el de la Edad Media, pero ¿es correcto identificarlo con el de los Evangelios? Ha estado mucho tiempo dentro de los muros de la ciudad. Pero, los muros de la ciudad que lo han rodeado durante tantos siglos ¿Lo rodeaban cuándo Cristo fue crucificado? Es decir, ¿la muralla de la ciudad presente existía cuándo el Salvador fue llevado a la muerte? En ese caso, éste no podría ser el lugar de la crucifixión; porque Cristo fue crucificado fuera de los muros (Heb., 12, 12), S. Willibaldo (siglo octavo), Soewulfo (siglo duodécimo) y muchos otros se hicieron esta pregunta. Pero no fue hasta hace unos siglos que se aventuró una respuesta afirmativa, por Korte, un librero alemán (ver debajo). Sin embargo, la nueva opinión no tuvo partidarios hasta hace dos siglos. Entonces surgió una teoría que rechazó las antiguas para buscar una nueva. Los Católicos, como grupo, y muchos importantes Anglicano apoyaban las propuestas tradicionales. La autenticidad del Calvario está íntimamente ligada a la del Santo Sepulcro. En relación con la autenticidad del lugar de ambos, los escritores eclesiásticos, que son los primeros en romper el silencio después de los evangelistas, parecen no dejar ningún lugar para la duda. Ahora, no es fácil ver cómo éstos, los principales representantes de una época apologética, pudieran pasar por alto la anterior dificultad, avanzada por los escritores modernos, especialmente desde que simples peregrinos son conocidos por haberla adelantado. El espíritu de investigación había despertado en la Iglesia muchos años antes; y los acreditados custodios de la tradición, la comunidad de Jerusalén, había sido gobernada por una sucesión continua de obispos desde los tiempos Apostólicos. Bajo estas circunstancias, nuestro primer testimonio disponible nos dice que se ha transmitido un recuerdo de este sitio hasta la actualidad. Como un contundente testimonio de la confianza que merece, sólo necesitamos comentar que de dieciséis mapas modernos de la Ciudad Santa intercalados por Zimmermann (Basilea, 1876) sólo cuatro sitúan el Golgotha dentro del segundo, o muro más exterior, en tiempos de Cristo. Es más, El Dr. Schick, el autor de uno de ellos, aceptó la visión tradicional antes de su muerte. El Dr. Reiss, en su " Bibel-Atlas" (Friburgo im Breisgau, 1895), también está de acuerdo con la mayoría. (Ver JERUSALÉN; SANTO SEPULCRO.) CALVARIOS MODERNOS El más popular de los varios sitios propuestos es el de Otto Thenius (1849), más bien conocido como el Calvario de Gordon, y llamado por éste último "la "Colina de la Calavera”, debido a su forma. Conder es el partidario principal de esta visión. Este sitio es una elevación sobre la Gruta de Jeremías, no lejos de la Puerta de Damasco. A falta de una base histórica, y debido a la insuficiencia de los datos del Evangelio--qué podrían verificarse igualmente en cualquier otro lugar de la ciudad--los defensores de las nuevas teorías normalmente toman, para darles valor, una u otra de las afirmaciones siguientes, por ejemplo: que Cristo debió ser inmolado al norte del altar, como las típicas víctimas (Lv., 1, 10, 11); que el Calvario era un lugar de ejecuciones públicas; que el lugar reservado para la crucifixión, si había uno, era similar presuntamente a una plaza empedrada; que podría darse prueba a una tradición judía moderna acerca de un lugar empedrado fijo en tiempo de Cristo; y que la chusma violenta a que Cristo fue entregado habría actuado conforme a la costumbre prescrita para la ocasión. Estas afirmaciones llevan todas la marca de ser aptas; pero hasta que se aparezcan documentos para confirmarlas, quedan cortas como prueba de los hechos. Ver artículo, el SANTO SEPULCRO. |
viernes, 27 de julio de 2007
Monte Calvario
Monte Calvario
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario